El cabello saludable, como todo en el organismo, depende la calidad de la nutrición y de una adecuada circulación sanguínea. Las deficiencias nutricionales pueden ocasionar diversos problemas a su cabello, aunque también existen factores hereditarios en lo referente a la calvicie y el encanecimiento.
El cabello está compuesto principalmente por proteínas, la deficiencia de éstas en la dieta pueden conducir al cambio temporal de su color y textura haciéndolo débil, delgado y reseco. Asimismo, la deficiencia o exceso de vitamina A dará un cabello reseco y opaco, y puede provocar su caída. Pero al corregir dichas anomalías, el cabello vuelve a ser normal.
Las causas principales de la pérdida del cabello son la deficiencia de magnesio, azufre y zinc, y las situaciones de estrés, debido a que la tensión hace que se requieran mayores cantidades de vitamina B.
Además, la tensión provoca una constricción de los vasos sanguíneos que irrigan el cuero cabelludo, lo cual provoca una anemia en la raíz capilar, haciendo susceptible al cabello de caerse.
El hipotiroidismo, el embarazo y el uso de anticonceptivos orales (que poseen cobre en exceso) pueden provocar también la pérdida de cabello, en el caso del embarazo se corregirá después del alumbramiento.
Según los especialistas en esta materia, es completamente normal perder de 50 a 100 cabellos diarios; esto obedece a que cada cabello crece por un periodo de tiempo definido, después del cual el folículo lo suelta y entra en una fase de descanso antes de producir otro.
Aparte de la nutrición, hay otros aspectos que deben de vigilarse:
· El Cepillado, que sólo es para alisar el cabello, debe realizarse con suavidad y cuidado, no bruscamente, ya que de este modo sólo conseguirá romper el cabello y tirarlo. Debemos evitar rasguñar el cuero cabelludo con el cepillo.
· La elección de un shampoo apropiado.
Extraído del libro: Belleza al natural; Margarita Chavez Martínez
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