No darle
cabida a este tipo de iniciativas y muchas otras que favorecerían a la
maternidad ocasiona que nos queden a deber aspectos cruciales tales como:
*Licencia
post-parto insuficiente: Falta de una recuperación adecuada para la mujer tras
el alumbramiento y privación del derecho de otorgar los cuidados maternos
indispensables para los recién nacidos, quienes en nuestro país son entregados
en guarderías a los 45 días de nacidos pues es lo que dicta la ley. Comparar el
tiempo de licencias por maternidad en México con otros países es causa
prácticamente de llanto.
*Pésimo
apoyo para la lactancia: México es el país con menor índice de lactancia de
América latina; solo el 31% de los bebés mexicanos obtiene lactancia exclusiva
los seis primeros meses y, de acuerdo con la UNICEF, la lactancia adecuada
podría evitar aproximadamente 800,000 muertes infantiles al año, eso sin contar
los beneficios intrínsecos y exclusivos que la lactancia aportaría a los niños
de nuestro país, azotado por la desnutrición o problemas de salud como la
diabetes infantil. Urge capacitación, pero sobre todo brindar a las mujeres los
tiempos y espacios adecuados para hacerlo (el sanitario público NO es el lugar
más cómodo e higiénico para amamantar o extraerse leche); las salas de
lactancia con refrigeración adecuada son un cuento de hadas entre las
trabajadoras mexicanas... ya no digamos los horarios flexibles para poder
brindar al bebé leche materna exclusiva de forma directa a libre demanda cuando
se es madre que trabaja.
*Las
largas jornadas laborales, incompatibles muchas veces con el horario escolar,
tiene como consecuencias más destacadas:
-Prácticamente
se obliga a las mujeres a dejar a los niños al cuidado de terceras personas, Lo
cual deriva en muchos casos en situaciones de abandono, maltrato o incluso
abuso entre nuestros menores de edad, los cuales pasan muchas veces
inadvertidos o son incluso silenciados.
-Las
guarderías, estancias infantiles o escuelas de tiempo completo se han vuelto el
otro hogar de muchos niños mexicanos, quienes llegan a pasar hasta 12 horas al
cuidado de dichas instituciones, las cuales no siempre cuentan con todas las
regulaciones pertinentes.
-Dicha
ausencia aumenta en muchas madres trabajadoras los sentimientos de culpa e
insatisfacción, lo cual afecta personal,
emocional e incluso laboralmente.
-Dificultan
el establecimiento de una dinámica familiar saludable, lo cual aumenta las
dificultades de salud, conductuales y/o académicas de los niños y jóvenes.
*Muchas
mujeres acaban abrazando sueños de fuga: ante las dificultades que dicha
conciliación familia-trabajo representa y los estragos visibles que esto tiene
en el núcleo familiar, muchas mujeres deciden renunciar a su vida profesional
en aras de una mayor estabilidad emocional; si bien lo hacen con la plena
convicción de un bien mayor para sus hijos, esto significa en la mayoría de los casos renunciar a la independencia económica y perder un ingreso
económico significativo para la familia, así como perder las prestaciones de
vivienda y seguridad social que como trabajadora gozaba. Por tanto,
flexibilizar los horarios de oficina e incentivar los empleos formales desde
casa, tal y como sucede en pases europeos, sería una alternativa para que las mujeres no tengan que
renunciar a su desarrollo profesional y a tener un sueldo y prestaciones, al
mismo tiempo que los hijos puedan gozar de una atención materna más cercana y
presente.
Y así
podríamos seguir... enumerando las dificultades económicas, emocionales y
culturales que la maternidad enfrenta y a nadie parece urgirle resolver...
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