lunes, 21 de agosto de 2017

Hablemos de Políticas Públicas Maternas

Por Zita Herrador 

-Toda madre sabe que los hijos no saben de horarios: se enferman el día en que tú debes estar en un evento o reunión importante, o la maestra cita a firma de documentos un día en el que debes viajar y no hay nadie que acuda en tu lugar; en el mejor de los casos, expones tu sufrimiento al jefe que entre benevolencia y hartazgo te facilita el permiso, pero en muchos casos el hijo queda relegado al cuidado de alguien más o simplemente es el niño que se queda solito en un evento al que asistieron el resto de las mamás o familiares. Para subsanar esto, la asociación Civil en la cual colaboro promovió una propuesta que entre otras cuestiones contemplaba la creación de un sistema regulado de horario flexible y  "banco de horas" para que los padres y madres trabajadores pudieran atender estas contingencias y administrar a voluntad el tiempo con sus hijos y familia sin dejar de cumplir con sus obligaciones laborales... pero como "no es tema urgente de legislar", quedó en la congeladora...


No darle cabida a este tipo de iniciativas y muchas otras que favorecerían a la maternidad ocasiona que nos queden a deber aspectos cruciales tales como:

*Licencia post-parto insuficiente: Falta de una recuperación adecuada para la mujer tras el alumbramiento y privación del derecho de otorgar los cuidados maternos indispensables para los recién nacidos, quienes en nuestro país son entregados en guarderías a los 45 días de nacidos pues es lo que dicta la ley. Comparar el tiempo de licencias por maternidad en México con otros países es causa prácticamente de llanto. 

*Pésimo apoyo para la lactancia: México es el país con menor índice de lactancia de América latina; solo el 31% de los bebés mexicanos obtiene lactancia exclusiva los seis primeros meses y, de acuerdo con la UNICEF, la lactancia adecuada podría evitar aproximadamente 800,000 muertes infantiles al año, eso sin contar los beneficios intrínsecos y exclusivos que la lactancia aportaría a los niños de nuestro país, azotado por la desnutrición o problemas de salud como la diabetes infantil. Urge capacitación, pero sobre todo brindar a las mujeres los tiempos y espacios adecuados para hacerlo (el sanitario público NO es el lugar más cómodo e higiénico para amamantar o extraerse leche); las salas de lactancia con refrigeración adecuada son un cuento de hadas entre las trabajadoras mexicanas... ya no digamos los horarios flexibles para poder brindar al bebé leche materna exclusiva de forma directa a libre demanda cuando se es madre que trabaja. 

*Las largas jornadas laborales, incompatibles muchas veces con el horario escolar, tiene como consecuencias más destacadas:

-Prácticamente se obliga a las mujeres a dejar a los niños al cuidado de terceras personas, Lo cual deriva en muchos casos en situaciones de abandono, maltrato o incluso abuso entre nuestros menores de edad, los cuales pasan muchas veces inadvertidos o son incluso silenciados. 

-Las guarderías, estancias infantiles o escuelas de tiempo completo se han vuelto el otro hogar de muchos niños mexicanos, quienes llegan a pasar hasta 12 horas al cuidado de dichas instituciones, las cuales no siempre cuentan con todas las regulaciones pertinentes.

-Dicha ausencia aumenta en muchas madres trabajadoras los sentimientos de culpa e insatisfacción, lo cual afecta personal, emocional e incluso laboralmente.

-Dificultan el establecimiento de una dinámica familiar saludable, lo cual aumenta las dificultades de salud, conductuales y/o académicas de los niños y jóvenes.

*Muchas mujeres acaban abrazando sueños de fuga: ante las dificultades que dicha conciliación familia-trabajo representa y los estragos visibles que esto tiene en el núcleo familiar, muchas mujeres deciden renunciar a su vida profesional en aras de una mayor estabilidad emocional; si bien lo hacen con la plena convicción de un bien mayor para sus hijos, esto significa en la mayoría de los  casos renunciar a la independencia económica y perder un ingreso económico significativo para la familia, así como perder las prestaciones de vivienda y seguridad social que como trabajadora gozaba. Por tanto, flexibilizar los horarios de oficina e incentivar los empleos formales desde casa, tal y como sucede en pases europeos,  sería una alternativa para que las mujeres no tengan que renunciar a su desarrollo profesional y a tener un sueldo y prestaciones, al mismo tiempo que los hijos puedan gozar de una atención materna más cercana y presente. 

Y así podríamos seguir... enumerando las dificultades económicas, emocionales y culturales que la maternidad enfrenta y a nadie parece urgirle resolver... 


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