Es una realidad , que tanto mujeres y hombres después
de que pasa nuestra temporada de los 20´s, nuestras expectativas de búsqueda
implacable de la “media naranja” cambian rotundamente.
A los 15 años,
solíamos buscar la ilusión del primer amor, al típico chavo que al verlo
te palpitara el corazón a mil por hora, el que te escribiera cartitas, que te
llamara por teléfono y hablar horas y horas con él de lo que habían hecho durante
el día (pasarla juntos en el receso), que te sudaran las manos por el simple
hecho de tenerlo cerca y que te invitara a ir a la “tardeada”, en fin.. tu vida era
color de rosa.
A los 20´s tus
expectativas cambian, tus hormonas y
responsabilidades también, en esta etapa buscas una relación “más estable”, aquí tu mundo rosa ya va tomando mil colores,
ya que la cosa empieza a complicarse, ya no solo buscas “perderte en el país de las maravillas con tu
novio de manita sudada”, sino que empiezan a vivir la vida real, los cambios
hormonales conjugados con las 20 mil tareas y entregas finales de la
universidad, compromisos familiares, salidas con los amigos al futbol, al
antro, etc.
En esta etapa las necesidades de hombres y mujeres
cambian: nosotras queremos atención y cuidado de parte de ellos, que nos
comprendan cuando andamos en “nuestros días”, que nos lean la mente cuando nos
enojamos, en fin, que sean capaces de entender lo que necesitamos. En cambio
ellos, solo buscan una mujer físicamente atractiva que pueda disfrutar con
ellos un partido de fútbol, que entienda que cuando él está viendo un partido de
fútbol, -¡Él está viendo un partido de futbol! - (y no atendiéndonos a nosotras que solemos estar hablando), ellos quieren que los aceptemos tal
como son y que no busquemos cambiarlos y que aparte de todo… seamos detallistas y
que nos preocupemos por ellos.
A los 30´s…. viene la pregunta del millón…¿Qué esperan los que esperan?, Sí a los 30 no estás casada seguro es porque de estas esperando al príncipe azul, que como bien lo dijo hace unos días nuestra
amiga “La chuchis” (blogger invitada), tal
vez para ese entonces ya se convirtió en Bestia, o simplemente no ha llegado el
hombre que cumpla con tus altas expectativas, porque si algo es cierto es que
conforme aumentamos el número de velitas en el pastel, también aumenta nuestra
lista de requisitos que debe cumplir el hombre “ideal”, oohh estás pensando
seriamente en tener una vida consagrada o irte de misionera a Timbuctú.
Si tu caso es la
primera opción es una realidad que a los 30 o casi 30, ya no buscamos al chavo
que nos haga ver el mundo color de rosa o el que nos lleve al partido de fútbol con sus cuates o nos lleve al antro y pasarla “súper” el fin de semana...NO!, la realidad de la vida es que a esa edad ya
buscamos una relación estable, buscamos casi casi al papá de nuestros
hijos, al hombre con el cual compartiremos el resto de nuestra vida... perooo… es
aquí donde ha de existir una gran diferencia entre hombres y mujeres, porque a
lo largo de mi corta vida me he dado cuenta que los hombres que no están
casados a esta edad son los que le tienen miedo al compromiso, los que tienen
miedo a enamorarse perdidamente de una mujer y que esta los “domine” (según los
típicos machos) o simplemente tienen mamitis; entonces los hombres se sienten
en su “plena juventud” están en la edad perfecta de conquistar a las
“chiquillas” como no quieren nada serio (porque aún no están preparados para
dar el siguiente paso) buscan “pasar el
rato” con las mujeres jóvenes, con las que aún no pasa por su mente la loca
idea del matrimonio. Y por otro lado, están los ya muy escasos hombres que a
sus 30, están esperando a que llegue la mujer ideal, la perfecta madre para sus
hijos; entonces es ahí donde los planetas no sea alinean.
Con todo esto solo te puedo decir una cosa, tal vez
tu “pareja perfecta” llegue de la manera
más sencilla que te puedas imaginar (dijera Julión Álvarez) o tal vez no, pero
por favor, dejemos de idealizar al hombre perfecto, ese solo existe en los
cuentos de Walt Disney, busquemos al hombre que con sus defectos y virtudes se robe nuestro corazón, nos haga convertirnos
en la mujer perfecta; enamorémonos de sus defectos, porque enamorarse de sus
virtudes es muy fácil, lo difícil es querer o amar aquello que no nos gusta.
Encontrado en risasinmas.com |
By "Kchtes".
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